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Jorge Luis Borges abre el cuento El libro de arena con las siguientes palabras: La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen de un número infinito de planos; el hipervolumen, de un número infinito de hipervolúmenes [...], para luego desarrollar el relato cuyo tema central, podría decirse, es el del conjunto infinito de fuentes de conocimiento disponibles a través de un infinito número de escrituras, todas compendiadas en un solo volumen que no tiene comienzo ni fin, sugiriéndose que a pesar de que el número de estas fuentes pueda ser infinito, el conocimiento que en sí imparten quizá sea limitado. El infinito y el absoluto son temas recurrentes en la narrativa de Borges. Basta repasar muy rápidamente los escritos más conocidos para notar que estos temas, generalmente basados en principios matemáticos, se manifiestan casi como una obsesión. Su interés en ellos, daría la impresión, no reside en el hecho de que puedan o no ser verificables; es muy posible que Borges no creyera en estos arquetipos eternos, sino que los utilizara porque de una u otra manera le permitían proponer que nada es real, que todo en sí es apócrifo y, consiguientemente un palimpsesto interminable sin origen ni fin; todo es reescritura.

Sagastume, Jorge R. Cervantes Inmortal: Lo Apócrifo en El Quijote y en Borges. In El Quijote: Palimpsestos Hispanoamericanos, edited by María Stoopen, 119-150. México, D.F.: Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México; [Carlisle, PA]: Dickinson College, 2013.

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